ENG:
We are living in times where multiple aspects of human development begin to come together, giving shape to a mutating collision between society, education and work that gives us as a result high levels of
entropy where it is difficult to discern between creation and destruction.
The contribution of large laboratories to the development of electronic circuits has given us the miniaturization of logic processes that have lost the interest of the general public, creating blind acceptance where only manufacturers can see. In this way, the seduction and subsequent addiction of society topocket technology has become banal, the interfaces are used without the slightest question, users only do that, they use.
At the end of the cycle we find another scenario. One more akin to a
city of the future after the worst war. Where fire erases all previous work, all thought embodied in these boards disappears and we are left with the essential. Metals. Gold, silver, copper, together with new elements, used for the construction of electronic circuits, or another purpose.
Everything that leaves China returns to China. It seems to be a new technological law, which presents us with a chaotic reality that involves enormous expenses in logistics and which introduces us to a new
antibiome: the electronic dump.
According to United Nations data, about 70% of the electronic waste produced worldwide ends up in China. The transport of this electronic waste is illegal under the laws of the United States and Europe, where
it is prohibited for first world countries to send electronic waste to other countries on the planet.
The technique used to extract the noble metals and other elements is fire. A perpetual burning inside the dump is nourished by circuit boards and other components that people who work there burn, throughout the day, every day. Highly toxic fumes are emitted onto these people
directly and more indirectly over the rest of the city, and well, the country and finally the whole world.
In Chile, as of 2018, over 11Kg of electronic waste per inhabitant is produced, in this way we are the main generator per capita of electronic waste at the regional level, surpassing Brazil and Mexico.
I think matter is not separated from thought. A globalized network that reacts to stationary hierarchies is sick.
The arrangement of the volumes around us is not whimsical order. It is the reflection of our collective mind. We are a fractalized array that suffers because of itself. Our symptoms are our longings, and we cannot perceive it.
There is loneliness in the creative process when one is aware of the decay of matter. Sometimes waste inspires us, shows us another point of view.
In a way, we know that only few creative elements last. And the current artistic creation perhaps no longer has a flow

Written by Ignacio Cuevas, Edited by Pia Sotomayor


ESP:
Estamos viviendo tiempos donde múltiples vertientes del desarrollo humano comienzan a conjugarse, dando forma a una colisión mutante entre sociedad, educación y trabajo. Esto crea altos niveles de entropía, haciendo difícil discernir entre creación y destrucción.
El aporte de grandes laboratorios al desarrollo de circuitos electrónicos, nos ha entregado la miniaturización de procesos lógicos que han perdido el interés del publico general, creando una aceptación ciega donde sólo los manufacturadores pueden ver. La seducción y posterior adicción de la sociedad hacia la tecnología de bolsillo se ha hecho banal: las interfaces son utilizadas sin cuestionamiento alguno, y los usuarios solo hacen eso, usar.
Al final del ciclo, nos encontramos con otro escenario, más parecido a una ciudad del futuro después de la peor guerra. El fuego borra todo trabajo anterior, todo pensamiento plasmado en estas placas desaparece, y solo queda lo esencial. Metales. Oro, plata y cobre, junto a otros elementos, usados para otros fines como circuitos electronicos.
Todo lo que sale de China vuelve a China. Pareciera ser una nueva ley tecnológica, o una realidad caótica que involucra gastos enormes en logistica, dándonos a conocer un nuevo antibioma: el vertedero electrónico.
Según datos de las Naciones Unidas, cerca del 70% de los desechos electrónicos producidos mundialmente terminan en China. El transporte de estos materiales es ilegal bajo leyes de Estados Unidos y Europa, donde se prohibe que países del primer mundo envien desechos electrónicos a otras regiones del planeta.
La técnica usada para extraer los metales nobles y otros elementos es el fuego. Una quema perpetua dentro del vertedero, se va nutriendo de placas y otros componentes que los trabajadores van quemando, durante todo el día, todos los días. Humos de alta toxicidad se emanan directamente sobre estas personas, y de forma mas indirecta sobre todo el resto de la ciudad, del país, y del mundo.
En Chile, al año 2018, se producían sobre 11 kilos de basura electrónica por habitante, siendo el principal generador per capita de residuos de este tipo a nivel regional, superando a Brasil y México.
La materia no está separada del pensamiento: una red globalizada que reacciona a jerarquías estacionarias está enferma.
La disposición de los volúmenes a nuestro alrededor no es un orden caprichoso, sino el reflejo de nuestra mente colectiva. Somos una formación fractalizada que sufre a causa de sí misma. Nuestros síntomas son nuestros anhelos, y no logramos percibirlos.
Existe soledad en el proceso creativo cuando se es consciente de la decadencia de la materia. A veces los desechos nos inspiran, nos muestran otro punto de vista. De cierta forma, sabemos que sólo pocos elementos creativos perduran, y la creación artística actual tal vez ya no tiene un caudal que le entregue un sentido.
Esta es música para las lavadoras.

White Sample - “eWaste: Music for Washing Machines”.
Caustics Collective. Santiago de Chile. Julio, 2020.

Escrito por Ignacio Cuevas, editado por Pia Sotomayor